El teatro es considerada una de las artes más antiguas, hoy en día seguimos consumiéndolo como tal, así como contenidos cuyas raíces y fundamento son el teatro. ¿Pero qué es y para quién está hecho?.
El teatro en su sentido más esencial es una representación de una historia mediante la actuación que cuenta con recursos como; la voz, la palabra, la mímica, el canto, el gesto, etc. reforzados o aunados a una serie de elementos de ambientación como la escenografía y la música, enmarcados en una dirección y dirigidos a un público.
Desde sus más profundos orígenes, el teatro ha sido un medio por el cual contar a otros una historia o crear una historia en torno a un fenómeno o suceso que interesa a su comunidad. Por lo que podemos decir que el teatro es una expresión realizada para una comunidad.
Estos dos aspectos básicos son los ejes por los cuáles podríamos guiarnos y estudiar una genealogía del teatro, sin embargo aunque resultara interesante y seguramente nos tomara un tiempo abarcar su expresión en el mundo, nos encontraríamos con cierta información que abarca sobre todo, un tipo de historia que se teje desde la hegemonía occidental, no porque en hechos supongamos que sólo sea así, sino porque como hemos visto en otras ocasiones; la información y los discursos fluyen de acuerdo a ciertos intereses y formas de contar una historia…, por lo tanto también la información a la que se accede para configurarla.
Quién lo diría, toda nuestra historia bien podría ser una obra de teatro…
En fin, para no perdernos tanto, trazaremos esta breve revisión desde una perspectiva esencial para el teatro; el cuerpo, ¿cómo son los cuerpos que actúan y los que representan? ¿en qué circunstancias ciertos cuerpos son aceptados y con qué fines?, ¿qué papel tiene el teatro socialmente en México?, estas son sólo algunas preguntas que nos ayudarán a tener una idea general que esperemos, podamos seguir profundizando.
Primero que nada, el cuerpo, la materia prima de cualquier arte…, que bien se espera (porque ese discurso se ha impuesto), que sea un cuerpo ideal; uno en condiciones de realizar cualquier actividad, que sea un cuerpo sano… pero ¿qué es un cuerpo sano? ¿acaso existe?, buscar definiciones no nos sacaría de este dilema simplemente porque la noción de salud muchas veces se entiende desde el dispositivo médico correctivo- normalizador. Pero suponiendo que un cuerpo sano es aquel que no presenta diferencias evidentes, entonces se toma en consideración para cierto tipo de representación, mientras que los cuerpos enfermos generalmente son motivo de espectáculo. Basta recordar que los cuerpos diferentes o considerados deformes se han exhibido en circos y ferias. “No son sujetos, son objetos ornamentales, cosas dignas de un museo que son otros los que pueden admirar” (Calderas, 2021), o en su defecto de burlar.
Una línea divisoria entre la salud y enfermedad se vuelve un primer filtro, cuando en realidad continuamente pasamos de un lado a otro en esta dicotomía, porque nuestras vidas están sujetas a condiciones transitorias y no a condiciones globalizadoras. Es así que la misma idea de la discapacidad es una condición inherente a todos, por el simple hecho de que la edad nos hará tener cambios y desgastes en nuestro cuerpo, que lo estarán modificando continuamente.
Un segundo filtro, que aún en nuestros días tiene sus efectos, es la del género. Ya que un principio a las mujeres se les tenía prohibido participar en obras de teatro y mucho menos dirigirlas u escribirlas.
Ahora cuando hablamos del cuerpo trazado desde Latinoamérica, nos encontramos con que nuestra historia viene cargada de violencias desde la conquista; con el saqueo, despojo, violaciones, esclavización y sobre todo evangelización.
Si bien podríamos considerar las ceremonias y rituales prehispánicos como los antecedentes del teatro en México, cierta historia los considera y empieza a trazar la historia, a partir de 1524 con la llegada de la orden franciscana, quienes por alrededor de 30 años, hicieron uso del teatro para la evangelización.
A lo largo de la historia del teatro en México durante el siglo XIX fue en su mayoría una imitación del teatro Español como en el caso de la zarzuela y la sainete. Posteriormente se dio una búsqueda de la identidad en la época de la revolución, donde se dio el género chico y el teatro de revista que iba sobre todo dirigidos al entretenimiento, mientras que en el teatro de carpa se tocaban temas más políticos. Estos formatos acercaron el teatro a la mayoría de las personas, es decir al pueblo. Posteriormente en el teatro contemporáneo los temas políticos y la accesibilidad al mismo disminuyeron porque se centraron en la experimentación y la sensorialidad con la intención de romper los esquemas, uno de sus mayores exponentes es Rodolfo Usigli. En 1947, empieza un nuevo ciclo en el teatro, donde se busca que sea moderno, realista y de contenido social, en el cual el público se vea identificado, a partir de ese momento y hasta los años 70 y extendiéndose hasta la actualidad, el teatro sigue tocando e interesándose por temas sociales.
Sin embargo el interés y la representación no muchas veces cuestiona la tradición y aunque actualmente hay muchos proyectos que se cuestionan y toman la responsabilidad de la función del teatro, como aquella que da difusión a ciertas ideologías, aún hay una serie se cuestionamientos sobre los cuerpos que se representan o que pueden participar en este tipo de disciplina.
No se trata de desaprobar a cuerpos que normalmente se consideran estándar, sino los esquemas que nos hacen desear cierta idea y no concientizar sobre las condiciones de las que nos hablan nuestros propios cuerpos y los de los otros. El derecho a la representación es una cuestión con la actualmente se esta trabajando y una breve muestra de eso son estos proyectos que abordan el teatro desde la discapacidad:
– Compañía teatral Seña y Verbo
– Puesta en escena La casa de los deseos, de la compañía teatral Carlos Ancira
– Teatro Ciego, bajo la dirección de Carlos Saavedra
– Radio Tormenta, alianza del Centro Cultural de España en Nicaragua (CCEN), el organismo ASB América Latina y la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad (FECONORI).
A estos proyectos les dedicaremos futuros artículos donde se abarque más de su historia.
Por ahora un esbozo para dejarnos pensando…
Bibliografía
Calderas, L. (29 de Junio de 2021). Hacia una política de los cuidados en la pedagogía teatral: nociones del cuerpo más allá de la enfermedad. Hysteria .
Delgado, H. P. (s.f.). Teatro y discapacidad en México. Revista Española de Discapacidad , 235-246.
Gabriel, M. R. (5 de enero de 2018). Origen del teatro en México: Las representaciones teatrales de la orden franciscana en Nueva España, siglo XVI. Recuperado el 10 de noviembre de 2021, de MAGOTZI Boletín Científico de Artes del IA: https://repository.uaeh.edu.mx/revistas/index.php/ia/article/view/2729#:~:text=El%20origen%20del%20teatro%20en,M%C3%A9xico%2DTenochtitl%C3%A1n%20por%20los%20espa%C3%B1oles.