La discapacidad adquirida, es algo de lo cual nadie está cien por ciento a salvo, esta se puede “adquirir” por diversas situaciones, cambiando la vida por completo de la noche a la mañana, afectando y repercutiendo en los diversos contextos en los que nos desarrollamos como seres humanos.
Sin embargo y desde mi perspectiva como maestra de educación especial, considero fundamental la rehabilitación lo antes posible y oportuno, en casos donde se ve afectado las áreas específicas del lenguaje o la motricidad, se debe brindar la atención antes del año que sucedió el suceso, sino puede deteriorarse la afectación y la recuperación volverse imposible, en otros casos como enfermedades o accidentes que afecten el sentido de la vista es indispensable crear una cotidianidad diferente y adaptada, para que la persona dentro de lo posible no pierda su autonomía… y así en cada una de las discapacidades que se pueden adquirir se debe tener un plan de trabajo integral que favorezca y atienda las necesidades específicas e individuales de cada uno, enfocándonos en no generar barreras que limiten su participación en actividades fundamentales o en los diversos contextos.
Y nunca debemos dejar de lado el aspecto socioemocional, ya que el adquirir una discapacidad, también se pueden adquirir muchas situaciones psicológicas graves.
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