Hola mi nombre es Samantha y en mi caso fue muy sencillo ser bruja, ya que desde que nací me pusieron el nombre por aquella famosa serie de “Bewitched” que trataba de una bruja poderosa… y que seguramente mi mamá ya sospechaba que lo seria, pero no había hecho nada brujil hasta que fui llamada por un gran equipo de brujas, todo sucedió tan raro, (claro, desde mi perspectiva).
Todo se inició cuando comencé a vivir la experiencia más importante en mi historia escolar, fue en la Escuela Normal de Especialización “Dr. Roberto Solís Quiroga”. Llegan a mi memoria experiencias que no cambiaría por nada y otras que replantearía por completo, ambas me hicieron crecer y reconocer todo lo que es necesario para ser una docente de y para la educación, también recuerdo maestros (as), amigos y compañeras que me fortalecieron en momentos que quise renunciar o en otros que tuve que ir a contracorriente, pero lo que da valor a esas experiencias son los sentimientos que me dejaron para toda la vida y que hoy me permiten ser una profesional que vive la docencia desde una perspectiva diferente.
Yo ingresé a la ENE como segunda opción al no conseguir lugar en el Politécnico, me llamó la atención estudiar en una escuela en donde preparaban a docentes que trabajarían con niños con discapacidad. Y una vez que ingresé, fui conociendo poco a poco ese universo tan ajeno a mí, (aunque esa es otra historia).
Con mucha satisfacción me titulé hace algunos años, aún se me enchina la piel al recordar mi examen profesional, porque ese acontecimiento me ha marcado para construir una nueva persona. Es el impulso que me permite vivir la educación especial día con día haciéndome inmensamente feliz y exitosa. Actualmente laboro en la Secretaria de Educación Pública en el turno matutino haciendo la diferencia entre maestras de educación regular, detectando, evaluando y brindando estrategias para que accedan a una educación de calidad los niños con discapacidad o que enfrentan barreras para el aprendizaje y la participación.
No puedo decir que todo es perfecto, estoy en una zona vulnerable que me recuerda mis primeras prácticas, pero ya no me atemorizo, ahora me lleno de emoción para atender a mis alumnos y seguir aprendiendo más, porque ellos como estudiantes requieren de una maestra preparada. Tengo como idea que nunca se deja de aprender, que jamás es suficiente, porque mi compromiso es no dejar de enseñar. ¡Soy muy afortunada! Por las tardes soy la titular de un Centro de Atención Educativo que yo misma emprendí, que brinda atención de manera grupal e individual con enfoque inclusivo y multidisciplinario. Ambos trabajos son mi manera de vivir, amar y disfrutar.
Cada sonrisa, cada avance, cada experiencia me nutre y hace recordar que, aunque en un principio no lo sabía, yo había nacido para ser Licenciada en Educación Especial, bruja y colaborar para la inclusión de los niños con discapacidad, en situación de vulnerabilidad o que enfrentan diversas barreras para el aprendizaje y es por ello por lo que el destino me puso en este camino, que es mi forma de vivir (literal).
Además, ahora el universo conspiro para que me encontrará con el equipo de brujas más maravilloso, porque debo confesar que en este momento tan pandémico, lo mejor que me pudo pasar fue el iniciar una gran aventura, la que me trajo a ser verdaderamente una bruja y la historia es breve:
Me inicie como maestra en un diplomado de la UNAM, para ser sincera me moría de nervios, pero nunca dude de mi capacidad como maestra, así que al llegar al módulo del cual era completamente responsable, me comprometí como nunca lo había hecho en mi vida y comencé a dar todo de mí, en cada clase, en cada grabación, en cada material que les hacía, en cada minuto… Al saber que terminaría, me entristecí porque ya no vería a mis alumnos y alumnas, pero lo que no sabía es que a partir de ese momento comenzaba la verdadera aventura con algunas de ellas, ya que solo esperaron unos cuantos días para invitarme a ser parte de su equipo brujil.
Este gran equipo se compone por seis alumnas que como yo se apasionaron y se entregaron en cada momento, por aspectos educativos enfocados en la discapacidad e inclusión. Hoy muy orgullosa de mi camino recorrido, paso de ser su maestra, a ser bruja del mejor equipo que me pudo haber elegido… ¡¡Fuego de Brujas!!
Y es así como te conviertes en bruja.
SAMANTHA VIVEROS
EDUCACIÓN ESPECIAL